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domingo, 11 de marzo de 2012

AL DÍA SIGUIENTE


Se escapan las lágrimas de los niños
por los desagües del mundo.
Los padres miran y callan,
vacíos.

La tienda de los relojes
cerró, tras liquidarlo todo.
El barrio queda mudo,
sin tiempo.

El tren ya no pasa solo
por el barrio mudo,
le acompañan las almas
de escolares, de trabajadores
y amantes.

En Atocha se yergue, firme,
un monumento invisible:
un niño, un hombre,
y una madre.

Agarrados de la mano, miran
en la lejanía a un futuro sin odio.

(pablovalladolid) 13-3-2004
(en recuerdo a los fallecidos el día 11 de Marzo de 2.004 en los atentados en Madrid)

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