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martes, 1 de julio de 2014

El lenguaje de los puños (David González -José Ángel Barrueco)

EL LENGUAJE DE LOS PUÑOS ( David González-José Ángel Barrueco)
sobre poesía y no de poesía

“El lenguaje de los puños, … reúne aquellas críticas y reseñas dispersas y publicadas e su momento, durante la recepción e la obra, y o se ha encargado a nadie que incorpore otro estudio escrito ahora. De manera que la diferencia fundamental está en el tiempo.”

“...En tercer lugar, por morbo. Quienes conocemos un poco a este poeta, estamos al tanto de todas las polémicas y los enfrentamientos en los que se ha visto envuelto a lo largo de más de diez años. Amigos que se convirtieron e enemigos. Críticos que lo aplaudían y luego empezaron a atacarlo. Gente que lo miró con lupa y con prejuicios para, con el tiempo, admitir que su obra sí era (es) importante. … me produjo morbo leer lo que escribieron al respecto autores como Roger Wolfe, Care Santos o José Luis García Martín. Queda, en resumen, el residuo de un placer perverso al cabo de la lectura.”
José Ángel Barrueco.


EL DEMONIO TE COMA LAS OREJAS

      Estás hablando
      con el retrato
      de tu chorba.
      Tienes que levantar
      mucho la voz
      para que ella
      pueda oírte.

      el Chao
      acaba de abrirse las venas
      con una hoja de afeitar
y    está chillando
y    pegando coces
      en la puerta cerrada.

      Tu novia cierra los ojos.

      Le gustaría también
      tener manos
      para taparse los oídos.

“Muchos prefieren ignorar las realidades descritas en este libro. Son los mismos que siguen pensando que la poesía consiste en problemas matemáticos o lánguidos crepúsculos en flor.”
Roger Wolfe (sobre El demonio te coma las orejas)

“David González  va más allá que Gabriel Celaya, que maldice la poesía concebida como un lujo en poder de los neutrales, y él la ciñe a una rotundidad, a un desahogo no exento, casi a su pesar, de belleza.”
Joaquín Fuertes (sobre El demonio te coma las orejas)

CERILLAS

      Lo habíamos estado hablando toda la noche:

      si mañana por la mañana
      cuando nos abran la celda,
      viene alguien,
      el que sea,
      los que sean,
y    empieza a buscar bronca,
      tú ya lo sabes, ¿eh?,
      lo que hablamos:
      pase lo que pase,
      tú y yo juntos,
      nada de acojonarse, ¿eh?
y    si tenemos que andar a hostias,
      pues andamos,
y    si tiran de vardeo,
      pues que tiren,
      allá ellos,
      tú ya lo sabes, ¿vale?,
      lo dicho:
      pase lo que pase,
      tú y yo juntos,
      nada de rajarse, ¿estamos?

      A la mañana siguiente le sacaron al patio
      a hostia limpia, le amarraron
      a una columna del tendejón,
      le pusieron en los pies periódicos
      atrasados, trapos y cartones,
y    le enrollaron todo el cuerpo
      con papel higiénico
y    con la espuma de las colchonetas.

      Luego le prendieron fuego.

      Las cerillas
      las tuve que poner yo.


“…el libro resulta una experiencia más sociológica que literaria, además de –ese mérito no hay que negárselo- un modo original de decir las cosas. Pero tal vez demasiada originalidad sea difícil de digerir.”
Care santos (sobre Ley de vida)

“Su último libro, Ley de vida, … reconstruye de forma fragmentada, intercalando relatos y poemas, los años duros de su adolescencia, sus años salvajes, interrumpidos drásticamente por la experiencia carcelaria.”
“Como a tantos otros, pues, le queda solo la palabra para apuntar al blanco. Para demostrar que, también desde la legalidad, se puede ser un buen francotirador.”
Vicente Muñoz Álvarez (sobre ley de vida)

PROTECCIÓN

      Una noche.
      Tenía diecisiete tacos.
      Mi madre salió
      a la calle
      a ver si encontraba
      a dos matones.

      Mi madre pensaba
      que si me pegaban una paliza
      que no me dejara un hueso sano
      me entraría el miedo en el cuerpo
y    me alejaría
      de las drogas,
      de las malas compañías,
      de todo eso.

      Por desgracia,
      mi madre, pobre,
      no se atrevió a llevar
      este poema
      hasta sus últimas
      consecuencias.

Ley de vida: no sé si apto para todos los públicos, pero lectura diferente que no dejará a nadie indiferente”
Túa Blesa

Ley de vida apuesta por un lenguaje duro y directo, en el que las palabras malsonantes y la sordidez sigue molestando a sus detractores. Lejos de abandonar la fórmula de la provocación incide en ella, en la denuncia de un estado opreso ry una sociedad farisaica que lo mantiene.  David González pretende quedar al margen, en el lado de los que sufren, utilizando el sarcasmo como arma arrojadiza contra los que detentan los hilos”
Pablo García Casado


(continuará)